martes, 9 de diciembre de 2014

Bestiario de Criaturas de andar por casa. Primera Entrega: El Glutonito.

Una serie de criaturitas, solo visibles para el ojo más observador, viven a nuestro alrededor, en nuestros hogares, en nuestros dormitorios, nuestras cocinas y en nuestras camas… Esta es la historia de esos monstruitos olvidados e invisibles que hacen que nuestra vida sea un poquito más difícil.

El primero de ellos, y el más común e influyente en la vida del hombre moderno, es el Glutonito. Los Glutonitos son criaturas noctámbulas, diminutas y solo visibles mientras dormimos. Son totalmente inofensivas pero, por desgracia, su alimento es algo que los seres humanos guardamos con enorme celo. Se trata de los recuerdos. Estas tragonas criaturas se alimentan de los recuerdos de los seres humanos y, cuanto más años tiene la persona, más cantidad de recuerdos necesitan estas criaturas para sentirse saciadas. Cuando somos niños, el glutonito necesita pocos recuerdos para sentirse lleno… Lo que almorzaste ayer, el color del vestido que llevaba tu profesora esa misma mañana, a quién le prestaste tu lapicero rojo… Pero a medida que te haces mayor, un glutonito necesita más y más recuerdos. Sigue alimentándose de cosas pequeñas como los recuerdos de las comidas que ha tenido en un día o las cosas que tus amigos tomaron prestadas. Pero a veces, sólo a veces, el glutonito toma recuerdos verdaderamente preciados. Recuerdos como tu primer beso o tu niñez al completo. Cuando los ha devorado, el glutonito deja en tu corazón un sentimiento de vacío que sólo experimentan aquellos de quienes ha tomado un recuerdo importante. A veces, el glutonito se alimenta tanto de una persona que, cuando ésta llega a su vejez, se da cuenta de que ha perdido todos sus recuerdos y no es capaz de reconocer ni a sus propios hijos. Pero el glutonito no es malo, sólo es un pobre animalillo inconsciente, que busca seguir viviendo.